
Hay actuaciones soberbias además de la de Uma Thurman, como las del propio David Carradine, Daryl Hannah o la de Michael Madsen, que interpreta a un personaje grandioso, y que ya trabajó con Tarantino en Reservoir Dogs.
La banda sonora (con colaboraciones de Robert Rodríguez) sigue siendo sobresaliente al igual que las escenas de acción, made in China esta vez, al más puro estilo kung-fu. Este tipo sabe hacer cine de verdad. Un eje argumental sencillo, la venganza, con unos personajes de verdad, retorcidos en ocasiones, y no necesita nada más. La capacidad que tiene Quentin para contar historias y crear personajes es infinita.
Mi puntuación es de un 7,5.
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