Dos agentes judiciales son enviados a una isla en donde se haya un centro psiquiátrico, del cual se ha fugado una de sus inquilinas de forma misteriosa. Los agentes pronto se ven envueltos en una auténtica tela de araña paranoica.
Por fin este encumbrado director nos ofrece algo más que destacable, aunque, todo hay que decirlo, se haya limitado a llevar a la pantalla un guión preexistente. Pero lo ha hecho de forma destacada.
Vayamos por partes y empezaremos por lo mejor. La historia es francamente sobresaliente, aunque no es para menos echando un vistazo al curriculum vitae del autor de la novela original. Hay que felicitar al Sr. Scorsese porque ha sabido recrear una gran atmósfera estilo años 50. Desde el minuto uno hace que nos adentremos en el interior de la isla maldita, con un acompañamiento musical que hiela la sangre. El director nos va dando pistas magistralmente rodadas e incorporadas a la historia, y va presentando giros en la trama que otorgan un interés continuado a la cinta.
Hay que mencionar, como siempre, la gran interpretación de Leonardo Di Caprio, quizás no la mejor de su carrera, pero nuevamente hay que darle un notable alto (algún día empezaremos a reconocer a este pedazo de actor. Siempre está a la altura de las circunstancias, nunca falla). A esto le añadimos unos secundarios de garantía como Ben Kingsley o Max von Sydow que nos enganchan y nos atrapan, cada uno a su manera. El director es capaz de describirnos a los personajes en cuestión de segundos, y esto sólo lo puede hacer un genio.
Y vayamos al quid de la cuestión, con esa escena final, porque creo que hay cuatro desenlaces posibles. Leonardo acaba loco o no? Cuando parecía que todo estaba claro, suelta esa última frase que me dejó desconcertado, y es cuando empiezas a atar cabos (quizás demasiados). "Prefiero morir como un hombre bueno que vivir como un monstruo". Resulta que hace nueve meses parecía que se había curado, pero al día siguiente empezó nuevamente con sus delirios. ¿Por qué? Analicemos los cuatro finales...
I) Leonardo finalmente no se cura, aunque exteriormente hace ver que se ha curado. Este final no es planteable, ya que el actor en la última escena se muestra loco.
II) Leonardo finalmente no se cura, y exteriormente se muestra como tal, como un loco. Dentro de su locura, entiende que la única forma de luchar contra los experimentos que se llevan a cabo en la isla es, tal y como lo explica el doctor, hacer fracasar la terapia que le han aplicado. Se queda tranquilo al pensar que ya no tiene que luchar más, que sin hacer nada, siendo simplemente él, va a conseguir su propósito, que es desmantelar el centro psiquiátrico. Va a morir como un hombre bueno (para él), sin necesidad de seguir su lucha contra el sistema (vivir como un monstruo).
III) Leonardo finalmente acaba curado, y exteriormente muestra estar curado. Este final no es planteable, ya que el actor en la última escena se muestra loco.
IV) Leonardo finalmente acaba curado, aunque exteriormente se muestra loco. Este final para mi es el más probable. Se dio cuenta de que no podía vivir con el tormento de haber matado a su mujer (Vivir como un monstruo, en libertad, fuera del centro psiquiátrico). Prefiere parecer un loco (por eso hace ver que recae en sus paranoias, montándose unas historietas cada vez más complejas), y que le taladren el cerebro para quedarse como un zombie, sin recuerdos (morir como un hombre bueno, cuerdo, que se arrepiente de lo que hizo).
Vemos que de los cuatro finales, sólo dos son posibles. Y de los dos, personalmente me quedo con el número IV, ya que le acaba de dar más sentido global a las dos horas de metraje. Espero que mis lectores estén de acuerdo.
Tengo que indicar también algo negativo del film. Le hubiera dado tintes más cercanos al terror, con más y mayores sustos. Los flashbacks..., están bien, pero en ocasiones cortan y frenan demasiado en seco la tensión de esta producción.
Y ahora para terminar, hay algunos detalles que habrá que entender en un segundo visionado. Por ejemplo, la loca que pide el vaso de agua hace como que se pone a beber, pero no hay vaso!! Apenas llega a percibirse, pero no deja de ser curioso, y da qué pensar.
Y para acabar de rizar el rizo. ¿Y si Leonardo tenía razón, era un agente judicial de verdad que va a la isla a desenmascarar los experimentos nazis, y le hacen una encerrona para que acabe loco de atar y no salga a la luz toda la actividad que se desarrolla en la isla? Aquí podría entrar en juego el final número II.
Sinceramente, creo que la genialidad de este film radica en que es posible visionarla con las dos interpretaciones, y en ambas todo puede parecer tener sentido. Es o no es una paranoia?
Mi nota es de un 9,3.