Arriesgada película con un contundente mensaje.
Tenía pendiente desde hace mucho tiempo ver esta cinta, pensando que se trataba de la típica de luchadores ilegales, pero la verdad es que todo eso queda en un segundo plano, porque hay mensajes claros y directos para quienes quieran ver más allá.
"La publicidad nos hace desear coches y ropas. Tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos". Esto es lo que siente el protagonista de la película, pero no sólo él, sino toda una generación de jóvenes que, frustrados, se expresan, se relajan, se autorrealizan y sacan lo mejor de sí mismos a base de mamporros, de su autodestrucción.
Estamos ante un film que ha dejado huella, criticado por el público tradicionalista y alabado por todos los jóvenes que de alguna manera se ven reflejados en la gran pantalla.
Las interpretaciones son sobresalientes con dos actores todo terreno como Brad Pitt y Edward Norton (contar con ellos es garantía de éxito seguro), el director se lo ha currado de verdad con un montaje y una dirección notables (destaco la inserción de los fotogramas de Tyler Durden), la banda sonora a base de temas electrónicos es buena, la fotografía y los ambientes en que se desarrolla la acción, y en general el producto es ciertamente potente.
Le daré un 8,5, aunque no me ha gustado mucho ver a Meat Loaf en semejante estado.