No esperemos argumentos complejos, ni tramas enrevesadas, porque no las hay. Isabel Coixet no lo hace. Es más, prefiere despertar nuestros sentidos, en este caso, acústica y visualmente.

En la parte negativa, si nos quedamos con la interpretación de Sergi López en esta cinta deberíamos preguntarnos cómo ha llegado este hombre a ser actor. No sé si es el doblaje que ha hecho de sí mismo, o lo qué, pero es de lo peor que he visto en la vida del celuloide. No se quitó el pijama en todo el rodaje.
Hay algunos pasajes que recuerdan a otro film ambientado en japón, Lost In Translation (la escena del karaoke sin ir más lejos).
De todas formas, esperaba algo más. No podemos quedarnos en la estética si detrás no hay fondo. A pesar de esto me ha gustado. Le voy a dar un 6,5.
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