Segunda parte de la mejor película en la historia del género manga. Y ese es precisamente el problema. Ver esta secuela bajo el prisma de la primera.
En esta ocasión, Batou y Togusa, dos miembros de un escuadrón antiterrorista llamado "Sección 9", investigan una serie de violentos asesinatos en los que destacadas personalidades del mundo de los negocios y de la política han muerto a manos de sus ginoides, robots antropomorfos de fisionomía femenina.
En esta ocasión, Batou y Togusa, dos miembros de un escuadrón antiterrorista llamado "Sección 9", investigan una serie de violentos asesinatos en los que destacadas personalidades del mundo de los negocios y de la política han muerto a manos de sus ginoides, robots antropomorfos de fisionomía femenina.
La trama contiene algunos de los elementos tradicionales del ánime y secuencias de violencia explícita, combinados con una profunda reflexión sobre la conciencia humana, el alma y su existencia en un mundo cada vez más tecnificado. El lento ritmo de la cinta se compensa con una banda sonora notable, y con una combinación de animación digital y tradicional. Los diálogos filosóficos pueden llegar a abrumar en algunos momentos, y aunque en ocasiones se evaden de la línea argumental, no tienen desperdicio alguno.
Si no hubiera visto (varias veces) la primera parte, afirmaría que estamos ante una sobresaliente película de ciencia ficción. Por este motivo, lo dejaremos en una notable producción manga, a pesar de que algunas secuencias pasarán a la historia del género (escena intro, búsqueda de Wakabayashi o el encuentro con el legendario hacker Kim) y de que no podemos negar la influencia de esta serie en los últimos años sobre el cine, la literatura y los comics de fantasía.
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